“Estar en la élite es saber encajar la frustración”
Edurne Pasaban es la primera mujer de la historia que logró ascender 14 cimas de 8000 m. Alpinista y empresaria aplica su experiencia en la empresa
Publicado el miércoles, 18 de octubre de 2023 a las 22:11
¿En el primer ochomil ya sabías que querías hacer el resto?
La verdad es que no. Cuando empecé a escalar e hice mi primera montaña de 8000 m, que fue el Everest, no tenía el objetivo de terminar las otras 14 cimas. Para mí el objetivo era conocer el Himalaya, conocer las grandes montañas. Había hecho mucho montañismo y alpinismo en los Alpes y los Andes, pero nunca había estado en una montaña de 8.000 m, eso era palabras mayores.
Entonces cuando hice el Everest, hacer el resto no me parecía una meta posible. A veces pienso que los objetivos tienen que ser reales. A medida que ganamos experiencia, nos fijamos grandes metas. En mi caso, fue esto mismo.
¿Qué se siente cuando haces cima?
Bueno, la verdad es que sientes satisfacción, cuando llegas a la cima sientes satisfacción, pero no mucho más. Cuando llegamos a la cumbre de los 8000 m, apenas disfrutamos de ese lugar, no estás más de 15 minutos. Alguien puede pensar que tanto sufrimiento y esfuerzo durante 15 minutos no vale la pena, pero creo que el camino es el objetivo. Para mí, lo que disfruté y lo que sentí… las verdaderas emociones, se sintieron en el camino para llegar a la cima. La parte superior era, creo, como el premio. Yo he disfrutado más del camino.
¿El proceso de escalada es como una vida?
El proceso de escalada es como una vida, es un largo camino en el que tenemos que disfrutarlo todo. Es una frase como de libro, pero es así, es una frase muy real. Al final, como te decía, el tope son 15 minutos de un esfuerzo de años. Entonces, para mí, en una vida es un poco lo mismo. Debemos tener metas, sueños, pero tenemos que ser capaces de disfrutar lo que hacemos para conseguir lo que tenemos en mente, nuestro propósito en la vida o nuestras metas. Y eso es lo que he aprendido.
Y sobre todo en ese camino de la vida, celebrar las pequeñas cosas. Nosotros lo hicimos. Para nosotros, no fue la celebración de la cima solo cuando llegamos. A medida que avanzábamos, a medida que hacíamos un campamento, íbamos subiendo a 4.000 metros, luego a 6.000. Sabíamos cómo celebrar esos pequeños hitos. Y creo que eso también es importante en la vida, celebrar los pequeños hitos que estamos consiguiendo.
¿Qué importancia tiene la fuerza psicológica en la montaña? ¿Es similar a la empresa?
En el montañismo la psicología tiene una importancia del 75 por ciento y un 25 por ciento lo físico. Es verdad que ese físico hay que tenerlo, pero la constancia es básica.
Hay que estar preparado para afrontar cosas muy complicadas en la montaña. Y en los negocios es lo mismo. El conocimiento es importante, una persona que quiere montar una empresa, un emprendedor tiene que ser profesional en lo que está haciendo. Y lo teníamos. Éramos buenos profesionales, éramos buenos alpinistas. Sabíamos a lo que nos dedicábamos.
Pero la parte psicológica para mí fue la más importante. Porque si eso no está bien, puedes ser el mejor profesional, el mejor deportista, el mejor preparado, el mejor entrenado… Pero cuando te enfrentas a cosas complicadas, es muy difícil. Y al final, en una empresa y en una montaña, es lo mismo. Nos enfrentamos a momentos complicados, a la toma de decisiones, a la gestión de la incertidumbre, al éxito, al fracaso…. si tu cabeza no está preparada para afrontar todo esto, en la montaña no lo conseguirás y en la empresa tampoco.
¿En la empresa debemos cuidar más la gestión de las emociones?
Sí, sí, sí, en la empresa y en la vida. Dependemos de esas emociones y de cómo sabemos gestionarlas para tener una actitud determinada ante la vida.
Si cuando nos enfrentamos a cosas complicadas, nuestra emoción es el miedo o la duda difícilmente podremos enfrentarnos a los momentos difíciles, a los retos o a ese cliente complicado. Si no aprendemos a conocer bien las emociones que nos produce cada situación, cada cambio, no sabremos enfrentarnos.
El conocimiento de cada una de nuestras emociones es muy importante.
Trabajas con muchos equipos. ¿Cómo afecta esa gestión de las emociones en el equipo?
En los equipos de trabajo es esencial el conocimiento de las emociones. Por ejemplo, cuando tenemos un cambio en una empresa, o también en la montaña. Cuando hemos planeado todo de una manera y llegamos a la montaña y las cosas no son como pensábamos, como imaginábamos antes de ir, lo que pasa es que todo el equipo experimenta diferentes sensaciones y diferentes respuestas.
Cuando lideras un equipo, hay que conocer las emociones que se van a producir en cada una de esas personas porque así sabremos mejor cómo gestionar el equipo y cómo algunas personas se adaptan a esos cambios o a esas situaciones nuevas con mucha facilidad y se lanzan hacia adelante y a otras personas les cuesta más. Conocer ayuda a logar que todos vayan a una.
¿Qué es la élite en el deporte y en la empresa?
Pues para mí la élite es un grupo de personas que son profesionales, que saben gestionar todo lo que hemos hablado antes, es decir, a nivel físico y psicológico. En una empresa es lo mismo. Para mí, la élite no es ser la mejor en una cosa, sino personas que saben adaptarse bien, que son capaces de autoconocimiento, de autocrítica, de afrontar momentos difíciles. Para mí, eso es la élite. Y eso no significa que la élite siempre tendrá éxito y obtendrá lo que se plantea. Para mí la élite es también gestionar la frustración y el fracaso. Para mí, eso sería una élite completa.
¿Qué aprendías en las expediciones que no conseguíais cima?
Es clave. Tener afán de superación. Aprender a encajar el error sin frustración. Para hacer 14 cimas de 8000 metros, hicimos 26 expediciones. El mayor aprendizaje fue aquellas en las que no tuvimos éxito, porque tuve la capacidad de llegar a casa y hacer autocrítica y de mirar mis debilidades, que eso nos cuesta a todos. Y de pensar, cómo me enfrentaré en el futuro a este proyecto.
Tienes proyectos solidarios en algunos lugares donde conseguiste objetivos. ¿Esto debería ser habitual en la empresa?, ¿que impacten de forma positiva en el entorno?
Para mí sí. Tengo una fundación en Nepal para ayudar a la educación porque voy a ese lugar desde los 24 años, y a pesar de las dificultades, me han tratado como si fuera de la familia, me han dado todo. Poder devolverles algo es esencial.
Creo por tanto, que las compañías deberíamos tener un impacto positivo en el entorno, todos debemos aportar nuestro granito de arena.
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Edurne estará con nosotros el próximo 6 de noviembre en los Premios LLAMP 3I.
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18/10/2023 22:11 | AdmonVlc