8 pasos para conseguir tus metas y sentirte motivado en el camino
Descubre a través de estos consejos cómo motivarte y disfrutar de la vida mientras consigues tus objetivos
Publicado el martes, 14 de marzo de 2017 a las 11:53
Es normal pasar por momentos de desánimo seguido, pero es necesario tener en cuenta que son estados pasajeros, como todo en la vida y que es necesario llevarlo todo en “dosis” y tomarlas con cabeza para disfrutar la vida como es.
La determinación es el mejor aliado que tendremos en cualquier sentido en que lo apliquemos en nuestras vidas. No todos cuentan con una que sea muy elevada o bien no saben si quiera lo que es tenerla, pues es común en aquellas personas con una autoestima mal reforzada. Pese a eso, siempre estamos buscando la forma de hacerte sentir bien contigo mismo y aquí te traemos un par de secretos:
- Cero perfección
La vida es una sucesión de errores. Hay que mantener en mente que todo lo que vemos y tenemos frente a nosotros, no se hizo de la noche a la mañana y mucho menos en el primero de los intentos. Sin embargo, la constancia y disciplina es lo que marca las diferencias. Se trata de aceptar pero no resignarse, a todas las situaciones de la vida.
- La expresión corporal habla por nosotros
Bien es sabido que siempre hay razones para andar cabizbajo y no siempre estamos de ánimo para un “¡Buenos días, bienvenido! ¿Puedo ayudarle en algo? ¡Estoy para servirle!”.
Una experta en motivación sugiere que esto debe formar parte de un sistema, mentalizarse en que lo que ofreces es bueno y que no por un rechazo o por un primer “No gracias, solo estoy de paso…” hay que desanimarse. Ten presente que siempre tienes algo que alguien más desea o necesita, una sonrisa puede ser la pauta marcada entre el margen de desatino o éxito en tu cometido.
Tampoco sugiere que te conviertas en un robot o un simple payaso sin emociones, solo aprende a vivir el Yin y el Yang, déjate guiar por tus sentimientos por unos minutos y cuando veas la oportunidad de lograr lo que anhelas, saca pecho, mueve los hombros atrás y muestra una despampanante cara sonriente. “Wu ji bi fan” (Mucho de algo no es bueno).
- Da el 100% sin importar el resultado
Aún el más grande nuestros esfuerzos puede que no haga el efecto en la misma proporción al regresar a nosotros, pues no siempre hay “causa y efecto equitativos”. Esto no quiere decir que debes bajar tu rendimiento, esfuerzo y ganas, por el contrario; tiene que suponer solo parte de la práctica.
Cuando la práctica es suficiente y satisface a la razón, los resultados ya serán tan reconfortantes como inesperados, que es lo que generará tu propia satisfacción y el deseo de repetirlo o hacerlo aún mejor en tu siguiente oportunidad.
- Relativiza los éxitos y los fracasos
El alcance de metas es una parte importante no solo de nuestro trabajo, sino de toda nuestra vida, todos deseamos una propia familia, o bien sea una casa llena de pequeños, cariñosos y peludos compañeros, nuestra casa soñada o inclusive ver el éxito que obtendríamos al publicar on-line nuestro libro.
Tus metas deben de ser totalmente proporcionales a tus deseos, esfuerzos y posibilidades. No es justo para ti mismo plantearte el bajar 20 kilos en 4 meses, aún si lo deseas mucho, tienes grandes posibilidad pero te esfuerzas poco. Si fallas una, todo se va al caño.
Por lo anterior y por tu propia salud y ánimos, lo ideal es proponerse objetivos fáciles aunque no demasiado, que supongan un reto, más no uno que deseemos ver llegar su hora para poder terminarlo.
- Trabaja tu autoestima
No es difícil dejarse llevar por lo que nos dicen, esas críticas que escuchamos seguidos, malos comentarios, hechos sin ningún tipo de base y demás negativismo que tanto pueden afectar a cualquiera. Pero pregúntate, ¿vale la pena preocuparse y hacer de tu vida algo más complicado solo por eso? No.
Disfruta de tus pequeños momentos de regocijo, las pequeñas cosas que haces son motivo de felicidad y de orgullo, aún si son solo para ti, debes estarlo. Todos somos capaces de hacer lo que queramos, más no todos son capaces de todo, por lo que, en lo que tú destaques, celébralo, porque quizá sea el centro de atención de una sana envidia o un sentimiento de competitividad que puede ser bueno para tu desarrollo.
- Practica técnicas de autocontrol
Se dice que todos cargamos con el peso de una cruz hecha a nuestra medida. A algunos puede no gustarles demasiado la metáfora, pero a lo que se refiere, no podría ser más cierto.
Nosotros somos los arquitectos de nuestro propio destino y por sobre todo, de nuestra acciones, de las cuales estamos sentenciados al deber de vivir con las consecuencias que estas originen, ya sean gloriosas o trágicas. Por lo que, si es nuestro deber mejor cumplirlo encantados.
- Actividad física contra los pensamientos obsesivos
Anteriormente, cuando era aprendiz de artes marciales, mi instructor al verme muy ensimismado o totalmente perdido en mi cabeza, me decía esto: “¿Todo bien? Si no, no te preocupes, no hay nada que con un par de guantazos durante mi clase, no se arregle.”
En parte tenía mucha razón… no hablo de los guantazos. Muchas veces para liberar estrés, dejar ir nuestras inhibiciones y poder volver a nuestro estado habitual, nos hace falta salir, tomar un respiro en un parque o simplemente practicar deportes. Nuestro cuerpo es quien más se resiente de toda nuestra vida, así que hay que saber darle lo que necesita.
- Valora lo que tienes
Si el presente es tu realidad, no podemos dejar que la preocupación lo arruine todo. Hay que tratar de huir un poco del estrés de los objetivos. Profundiza en:
- ¿Qué quiero conseguir hoy?
- ¿Es coherente con mis objetivos vitales?
- ¿Qué voy a hacer para conseguirlo?
- ¿Con qué recursos cuento? (¿necesito ayuda externa?)
Y así, es como conseguirás que tu vida tenga la emoción y recompensas que necesitas.
¡Dinos qué opinas tú!